¿Más de cinco millones de
muertos en el Congo?
¿Mil quinientas personas al día?
Tras la revisión de las cifras:
Cómo se oculta la verdad hasta cuando parece que
se cuenta
keith harmon snow
30 de enero de 2008
(Traducción
Evelio Durán)
A finales de enero de 2008 el Comité
Internacional de Rescate –CIR-
(International Rescue comitee) presentó un nuevo informe sobre la
mortalidad en la tan desolada por la guerra República Democrática del Congo.
Este informe llamó la atención de algunas agencias de noticias que rápidamente
prepararon unos pequeños y manidos artículos como supuestas expresiones de ese
horror. Una y otra vez se le ha llamado “la crisis olvidada del mundo”. Hay razones por las que Darfur es la
crisis del momento, la que aparece en cartel y hay otras razones por las que el
Congo apenas se menciona.[1]
Sin embargo, la
historia de la guerra y el saqueo del Congo no se ha dejado sin cubrir. Es una
historia que ha sido censurada, manipulada y encubierta mientras que
ostensiblemente se ha contando. Se ha publicado gran cantidad de información
sobre la guerra en la República Democrática del Congo, pero gran parte de ésta
no es más que desinformación ideada para camuflar la verdad y soterrar la historia
real, incluyendo las muestras sinceras del sufrimiento y la guerra que se han
venido publicando. Sólo porque los principales medios de comunicación no lo
traten, no significa que no ocurriera. Nos encontramos ante la falsificación de
la conciencia.
Mientras que el
verdadero número de muertes de las pasadas guerras en el Congo (para los
congoleños se trata de una larga y continuada guerra) nunca se sabrá, es
bastante más elevado que las estimaciones del CIR. Las metódicas ecuaciones
estadísticas del CIR no contabilizan el sufrimiento de los millones de personas
que han desaparecido en las ciénagas, en los bosques tropicales, en las fosas
comunes, en las cámaras de tortura y campos de muerte (refugiados) o tras cruzar las fronteras. La
labor que conlleva el recuento de los muertos es al fin y al cabo otro modo de
hacer poca cosa por evitarlos. Lo que interesa al CIR son los beneficios,
aunque eso no es todo.
Del Comité
internacional de Rescate se ha dicho que es el instrumento ideal de la guerra
psicológica. De hecho lo es: Esto es exactamente lo que hace hoy el CIR, entre
otras cosas, cuando manda sus contadores de cuerpos a Congo mientras que a la
vez está fuertemente subvencionado por quienes se benefician de la situación. Pero
el CIR no sólo es el instrumento ideal para la guerra psicológica, también lo es
para la recopilación de inteligencia. El CIR se aprovecha de su acceso a
poblaciones de refugiados, áreas de conflicto y encuentros y entrevistas con
refugiados para reunir inteligencia sobre grupos armados, liderazgo, recursos,
armamento y conflictos geográficos, información que se usa selectivamente para
servir a los intereses primordiales del CIR y sus socios.
Los guerreros secretos de Estados Unidos
Entre los
administradores o supervisores del Comité Internacional de Rescate se encuentra
Henry Kissinger, un hombre con intereses bien afianzados en Congo. Kissinger
está ligado a Freeport McMoRan (FXC) organización totalmente involucrada en la operación del cobre y
el cobalto en Katanga. El director de FCX, J. Stapleton, fue director adjunto
de asuntos exteriores de inteligencia e investigación con Madeleine Albright
(1999-2000), durante las invasiones del gobierno Clinton de Ruanda en 1994 y de
Congo (entonces Zaire) en 1996. Posteriormente Roy se retiró para unirse a
Kissinger Associates.[2]
Otro de los altos
cargos de Kissinger Associates es Lawrence Eagleburger, afiliado en el pasado a
Scowcroft Group (organización
que disfruta de información privilegiada en defensa e inteligencia) y uno de
los directores de Halliburton Corporation desde 1998. El fundador de Scowcroft Group, Brent
Scowcroft sirvió como consejero de seguridad nacional en los gobiernos de
Gerald Ford y de G.H.W. Bush y entre 1982 y 1989 fue vicepresidente de
Kissinger Associates.
Walter Kansteiner, miembro
del Consejo Nacional de Seguridad (NSC) en los gobiernos de Clinton y G.W. Bush
y hoy miembro de honor de Scowcroft Group, es también uno de los directores de Moto Gold (compañía que opera en la ensangrentada
región congoleña de Ituri) y de la organización de patrocinio militar “para la
conservación” Africa Wildlife Foundation (Fundación para la fauna y flora africana) de
Washington D.C., que financia actividades mercenarias en la región congoleña de
las montañas Virunga bajo la tapadera de proteger a los gorilas.
Otro de los
asociados de Kissinger es el vizconde belga Etienne Davignon, uno de los
enemigos más antiguos (y actuales) del Congo. Davignon estuvo directamente
involucrado en la operación de nombre clave "Dragon" (1964-65) que
instaló en el poder al "cleptócrata" Mobutu y supuso el principio del
fin para millones de congoleños.[3];[4]
Davignon está relacionado estrechamente con Donald Rumsfeld en su calidad de
socio de la compañía productora de armamento biológico Gilead Sciences.
Dentro de la junta
de administración del CIR está Samantha Power, fundadora del Carr Center for
Human Rights de Harvard y
ganadora del premio Pulitzer por “A Problem from Hell: America in the Age of
Genocide”, libro que por un
lado magnifica genocidios (en el caso de Ruanda, Yugoslavia y Sudán) y los niega
por el otro (Congo, Uganda y Ruanda).[5]
El CIR ha otorgado
su “Premio a la libertad”
por “contribuciones extraordinarias a las causas de los refugiados y de la
libertad humana” a personas
que han exagerado y negado genocidios. En 1987 recayó sobre John C. Whitehead y
en 1992 sobre Cyrus Vance, ambos vinculados históricamente a operaciones
encubiertas en Congo -en su calidad de infiltrados de la NSA (Agencia nacional
de seguridad) y de la CIA- y también al imperio de Maurice Templesman,
responsable del saqueo de Congo (Zaire) durante décadas.
El congresista
estadounidense Donald Payne es uno de esos “amigos de África" que
frecuenta el grupo de Andrew Young y Maurice Templesman. Su papel como miembro superior
del Subcomité de la cámara de representantes de EE.UU. sobre África,
derechos humanos mundiales y operaciones internacionales en el gobierno de Bush es una de sus
actuaciones más estelares, una triste decepción y una completa traición a
africanos y afroamericanos.
En 1993 el “Premio a
la libertad” fue recibido por Dwayne O. Andreas, director de Archers Daniels
Midlands y uno de los grandes patrocinadores de la campaña del congreso, cuya
compañía se asegura de que en África no falten refugiados muriendo de hambre.
ADM está estrechamente vinculada a Robert Dole y a Andrew Young, cuya empresa
de relaciones públicas, Goodworks Internacional, cuenta con ADM entre sus
principales clientes. Young también está estrechamente conectado a los
regímenes satélites de Ruanda y Uganda, principales protagonistas de las guerras
del Congo.
En 1995 el “Premio a
la libertad” del CIR fue a parar a Richard Holbrooke, en 1996 a Madeleine
Albright y en 2004 al general Romeo Dallaire. Personas cuyo papel fue
fundamental para las operaciones encubiertas estadounidenses en África Central,
las consiguientes migraciones masivas de refugiados y la mortandad producida. Holbrooke
y Albright son a su vez culpables de crímenes contra la humanidad en la antigua
Yugoslavia, Haití, Sudán e Irak.
Y finalmente el
premio a la “libertad” fue compartido en 2005 por William J. Clinton y G.H.W.
Bush: Clinton lanzó las guerras de Ruanda y Congo con el apoyo de su
predecesor. El "humanitarismo” de Bush incluye desestabilización intensiva
de estados, redes terroristas, golpes de estado y guerras contra naciones soberanas.
El Comité
internacional de rescate no
es una organización llanamente “humanitaria”. El CIR cuenta con una larga
historia de viles actividades que van más allá de la ayuda: También es una
enorme operación financiera que proporciona grandes cantidades de ingresos a muchos
ejecutivos y gente de negocios de modos que no ayudan a aliviar la guerra o el
sufrimiento sino más bien a exacerbarlo. Aunque el CIR declara que el 90% de
sus fondos “se gasta en servicios y programas para refugiados”, gran parte de este dinero nunca toca suelo
africano y la que lo hace en rara ocasión tiene algún efecto en la vida de los
refugiados. Entre los grandes patronos del CIR se encuentran el banco HSBC,
General Electric y Goldman Sachs -organizaciones involucradas en el saqueo de diamantes
manchados de sangre del Congo-, Pfizer y Gilead Sciences (la compañía de
Davignon y Rumsfeld). La implicación del CIR en Congo –un estudio de la
mortandad- tiene motivos profundamente políticos que generalmente quedan ocultos.
¿Por qué no se centra el CIR en alimentar a los vivos en vez de en contar a los
muertos?
El Horror
Más allá de la
simple consideración de los intereses altamente tendenciosos y políticos del CIR,
su estimación de la mortandad, proyectada tras una cortina de humo de
neutralidad, es errónea. El estudio del CIR se fija sólo en el periodo entre
1998 y 2007, excluyendo así la primera fase de la guerra: El derrocamiento de
Zaire y el golpe de estado contra Mobutu Sese Seko propiciado por EE.UU entre
1996 y 1998. El CIR excluye este periodo por varias razones y no ha ofrecido
aclaraciones al respecto.
Una de las razones
obvias es que el Pentágono estuvo directamente implicado entre 1996 y 1998
junto a compañías militares privadas como Military Professional Recourses Inc.
y Kellogg, Brown & Root (Halliburton). Del mismo modo que ocurrió con el masivo
derramamiento de sangre en Ruanda e inspirándose desde el principio en el
ejemplo de la justicia selectiva aplicada en los juicios de Nuremberg a los
nazis, el sistema internacional manipula las estadísticas, fechas y periodos en
parte para blindar a los actores que de otro modo podrían ser reconocidos en el
futuro y en parte para servir al proceso de falsificación de la historia y
fabricar una falsa conciencia.
El CIR excluye el
periodo de 1996-1997 para blindar los gobiernos del actual presidente militar
Paul Kagame en Ruanda, de Yoweri Museveni en Uganda y sus círculos internos y
extensas redes mafiosas de crimen organizado.
Durante 1995 y 1996
el Ejército patriótico ruandés (EPR) junto a sus socios y aliados de las
Fuerzas de defensa del pueblo de Uganda (FDPU), el Pentágono, Military
Proffesional Resources Inc. y mercenarios de distinto tipo, prepararon el
terreno para una inminente guerra realizando significativas acciones
encubiertas y terroristas invadiendo la frontera desde Uganda y Ruanda. En
Octubre de 1996 ya había al menos un millón y medio de refugiados de Ruanda y
Burundi en el Zaire oriental según la mayoría de organizaciones de refugiados.
La invasión a gran escala comenzó más seriamente cuando las fuerzas en el poder
del EPR y las FDPU bombardearon los campos de refugiados. Este acto fue una
violación de las leyes humanitarias internacionales y un suceso fundamental a
entender, porque se trataba de la reproducción de lo que sucedió en octubre de
1990, cuando el EPR invadió el territorio del gobierno soberano de Ruanda. En
esta ocasión se trataba del Zaire oriental y se bombardearon los campos de
refugiados Hutu[6]. Todos estos
son crímenes escandalosos dentro de la legislación internacional.
En aquel momento
Francia declaró que había 1,2 millones de refugiados, mientras que EE.UU. dijo
que sólo eran 700.000 y después optó por la poco honrada versión de que todos ellos
habían regresando finalmente a Ruanda. No fue así, nunca regresaron.
Cientos de miles de
hombres, mujeres y niños desarmados e inocentes se aventuraron al oeste, al
norte y al sur huyendo atemorizados de las fuerzas invasoras aliadas, ya que
por propia experiencia durante los seis años anteriores sabían que eran
asesinos sedientos de sangre. Muchos fueron dirigidos a la fuerza hacia Ruanda,
donde el EPR los esperaba. Las fuerzas del EPR y las FDPU persiguieron y
asesinaron a cientos de miles en un claro caso de genocidio. Los nombres de los
oficiales estadounidenses y los comandantes del EPR y las FDPU junto a sus
colaboradores congoleños son bien conocidos para aquellos que estuvieron
involucrados o en el terreno en aquel entonces.
Uno de ellos es un
directivo de larga carrera en UNICEF, Nigel Fisher, quien hoy también es
miembro del Advisory Council of the Diamond Development Initiative, un proyecto
llevado a cabo por y para la industria del diamante pero con el que se desea limpiar
la imagen de las corporaciones y redes de crimen organizado que durante décadas
han saqueado el Congo. Fisher era el representante especial de UNICEF en Ruanda
en 1994, y condujo las operaciones de esta organización para la recuperación
(sic) tras el genocidio (sic) en la región de los Grandes Lagos (Ruanda, Zaire
oriental, Tanzania occidental y sur de Uganda) entre 1994 y 1995. Esto le sitúa
claramente al tanto de las matanzas genocidas masivas y de otros crímenes
contra la humanidad que sucedieron mientras que el ejército ruandés (entonces
Ejército patriótico de Ruanda) con Paul Kagame como presidente y el ejército de
Uganda, con el presidente de por vida Yoweri Museveni, bombardearon los campos
de refugiados y luego marcharon sobre Zaire cometiendo un genocidio.
Así que para empezar
podemos añadir entre 200.000 y 800.000 muertos a las nuevas cifras de mortandad
presentadas por el CIR, siendo 200.000 una estimación muy modesta.
Por último, el CIR
es famoso por su largo historial de implicación en las actividades de la CIA y
la NSA, entre ellas en el envío y transporte de armamento[7].
Según un investigador de élite de las Naciones Unidas, el CIR se posicionó en
unas bases en Zaire oriental y comenzó a bombardear los campos de refugiados
con armamento pesado. Esta es la cita directa "El CRI ocupó unas bases
cercanas a los campos de refugiados y comenzó el bombardeo de los mismos con
armamento pesado.” (Nombre
por omitido por confidencialidad).
El CIR ha gastado
millones de dólares en analizar el “impacto del conflicto” en la República
Democrática del Congo, pero no ha dicho nada substancial sobre la economía
paralela de saqueo que está enriqueciendo a algunas de las mismas
organizaciones que financian sus programas “humanitarios”. Su último informe es
un lustroso folleto que nos ofrece una pornografía de violencia.
¿Cuán ciega y estúpida
piensan que es la gente? ¿Cuán ciegos y estúpidos somos?
Además, el CIR
recibe cuantiosos “préstamos” en millones de dólares de la Overseas Private
Investment Corporation, organización financiada con los impuestos de los
ciudadanos estadounidenses. ¿Qué pasa con todos esos fondos de la OPIC?
En el nuevo informe
del CIR sobre la mortandad en Congo no se dice una sola palabra sobre las
causas de la continuada contienda o de los factores estructurales que han hecho
este holocausto posible y lo han perpetuado.
Todo marcha mejor con sangre
Ofreciendo su única
razón a las altas tasas de mortalidad, el CIR declara: “La recuperación tras
un conflicto es un proceso largo y prolongado. La elevación persistente de la
mortalidad a más de cuatro años tras el fin oficial de la guerra de 1998-2002
nos proporciona más pruebas de que recuperarse de un conflicto puede llevar
muchos años, especialmente cuando ello se suma a décadas de declive
socioeconómico y político"
Esto es una estupidez.
Cuando pasó el huracán Katrina, tras un breve retraso, hubo una rápida
intervención que estableció una cadena de puestos de comando militar a lo largo
de la costa del golfo. Se mandaron rápidamente tropas, tanques, helicópteros y
ejércitos privados, no para rescatar a la gente, sino para asegurar las instalaciones
militares de EE.UU., de los contratistas de defensa, astilleros, bancos y las áreas
de alto nivel económico. Fue una operación muy eficiente, cientos de millones
de dólares de los contribuyentes estadounidenses se dilapidaron en asesinos
profesionales que, aún frescos de Irak y Afganistán, hicieron lo único que
parecen saber cómo hacer; matar gente. El gobierno de EE.UU. mueve montañas
cuando lo desea y lo hace rápidamente.
La recuperación tras
un conflicto “es un proceso largo y prolongado” porque en África existe una
política en curso de despoblación deliberada. La Misión de las Naciones Unidas
en la República Democrática del Congo (MONUC) gasta de un 40 a un 45% de su
presupuesto multimillonario en contratar vuelos en el África central con lo que
éste va a parar a grandes empresas. Enviar armamento nunca es problema y para
ofrecer un claro e innegable ejemplo del modo en que funcionan las cosas, los
camiones de Coca Cola reparten su mercancía por todos los sitios, incluso en
áreas rurales. No hay más que decir.
Piense en ello.
En Congo no hay
libros ni librerías por una razón. La hambruna está extendida y la carencia de
comida y grano se debe a (y no existe “a pesar de”) las Naciones Unidas, el CIR,
el Programa Mundial de Alimentos y sus lazos con Robert Dole, Archers Daniels
Midland, ConAgra y -en virtud de Henry Kissinger- Continental Grain. Hay
carencia de suministros sanitarios y altas tasas de enfermedad por una razón y
no es porque este sea “el corazón de las tinieblas” o cualquier otra insensatez
racista.
La Coca Cola no es
una bebida sana para niños malnutridos y famélicos sin acceso a salud dental.
Más importante aún, el director de Coca Cola, Donald F. McHenry es uno de los
presidentes del IRC Group, una consultoría de Washington D.C. cuyas conexiones
con el Comité Internacional de Rescate son difíciles de investigar. El
ex-embajador Andrew Young, Madelaine Albright, George Soros, Lawrence
Eagleburger, Frank Ferrari, Donald Easum, Donald F. McHenry y Frank Carlucci emergen
frecuentemente como tentáculos del emporio diamantino de Templesman. La mayoría
de ellos mantienen una estrecha relación con los organismos de inteligencia y todos
están vinculados a tapaderas de la CIA diseminadoras de desinformación como el
Africa-America Institute y el Corporate Council on Africa.
El presidente y
director del CIR, George Rupp, también es uno de los directores de la reservada y eufemísticamente nombrada
Partnership to Cut Hunger in Africa (Asociación para acabar con el hambre en
África), una tapadera de extrema derecha judeocristiana. Otros directores de la
PCHPA son: el presidente de Uganda (Yoweri Musevini), Robert Dole y David
Beckman, miembro éste otra tapadera fundamentalista cristiana, Bread for the
World (Pan para el mundo). El gobierno de Museveni ha enviado a la fuerza a 1,3
millones de personas del pueblo Acholi a campos de “refugiados” (o mejor dicho
de muerte) en el norte de
Uganda y les ha negado ayuda humanitaria.
La hambruna no se
debe a que esto sea África o el Congo, sino a que estamos asistiendo a uno de
los ejemplos más devastadores del capitalismo predador y de la avaricia
absoluta y despiadada, combinada con una crisis espiritual (en el “primer”
mundo) de proporciones sin precedentes. El mejor modo de controlar los recursos
del Congo a largo plazo es eliminar a la mayor cantidad de ‘negros’ posible. La
capacidad de controlar los recursos del Congo aumenta al extender el terror,
desarraigando a la gente, destruyendo familias, sembrando la desconfianza y el
odio. Se trata del truco más viejo del manual de los conquistadores europeos: Divide
y vencerás. La expresión que
mejor describe el conjunto de efectos psicológicos, emocionales, físicos,
sociales, culturales y políticos de estas campañas de desestabilización y
terror sería la de “arrancar de raíz”: desarraigar a la gente y destruir la
identidad de los pueblos.
Y mientras tanto la
industria humanitaria de la “miseria” recauda millones de dólares para
programas que “ayuden” al pueblo congoleño y las universidades crean nuevos
departamentos y programas para entrenar a la mano de obra privilegiada para el
“desarrollo”, simplemente para implantar e institucionalizar la dependencia. Se
trata de una violencia estructural y es parte de un ciclo perpetuado de riqueza
y privilegio. Es la administración de la desigualdad.
Así es la política
exterior de EE.UU. en acción. El CIR simplemente institucionaliza la falsa
estructura de pensamiento que sustenta la guerra, el saqueo y la perpetuación
de la violencia estructural en vez de su alivio. Tras la distorsión creada por
la guerra psicológica la situación en Congo es muy diferente y los agentes
responsables son fácilmente identificables.
La falsificación de la conciencia
Así es como el
sistema proyecta e inculca una conciencia falsificada sobre África que ciega al
público occidental.
Albert-Henri
Buisine, mano derecha del dictador Mobutu Sese Seko, era un pirata mercenario
francés que trabajó en el Kamanyola, el yate de lujo al que Mobutu llegó en helicóptero
para recibir a sus promotores extranjeros y compinches “VIP”. Mientras que
Mobutu visitaba con frecuencia la Casa Blanca, Bruselas, Paris, Tokio, Ginebra,
Londres y a veces Tel Aviv, recibía regularmente a sus patronos y secuaces en
su Yate en Zaire[8], bajo la
protección de Albert-Henri Buisine y del mercenario israelí Meir Meyouhas junto
a un buen grupo de agentes secretos de élite. Durante años cientos de
personalidades iban y venían de Zaire: El secretario de estado Henry Kissinger,
el vicepresidente G.H.W. Bush, los embajadores Andrew Young y Jean Kirkpatrick,
el mercenario Frank Carlucci. El magnate del diamante Maurice Templesman cenaba
a veces -junto a su amante Jacqueline Kennedy Onassis- con Mobutu en el Kamanyola, y en ocasiones con alguno de sus agentes
zaireños del diamante, como Jerry Funk o James Barnes, o con agentes de De
Beers como Nicky Oppenheimer o Nick Davenport.[9]
Los imperios
Templesman y De Beers están presentes hoy en Congo en su moderna reencarnación
y muchos de los mismos agentes de la época de Mobutu están conectados a
políticas o acciones que hoy en día perpetúan el sufrimiento y la violencia en
Congo, Angola y Sudáfrica. Es importante apuntar que la maquinaria de minerales
sangrientos de Templesman ha subvencionado fuertemente las campañas de los
demócratas, incluyendo a sus recientes manifestaciones fascistas: Barrack Obama
y Hillary Clinton. A fin de cuentas Hillary Clinton ha hecho más daño a África
que Obama, aunque aún hay tiempo para que empaten.
El 11 y 12 de mayo
de 1990, las tropas de choque de Mobutu (la Special Presidential Division (DSP) entrenada por Israel, SARM y la National
Gendarmerie) atacaron el campus de la Universidad de Lubumbashi y asesinaron
(al menos) a cientos de estudiantes. No se sabe cuantos fueron torturados y
tratados brutalmente. El cuartel de la CIA en Lubumbashi apoyó estas
atrocidades y su encubrimiento. Aunque parece que fue hace mucho tiempo, los
participantes aún están en el terreno. Algunos como James Barnes, Maurice y
Leon Templesman y Nicky Oppenheimer aún dirigen grandes operaciones en África.
¿Qué papel juega
Albert-Henri Buisine en la protección la dictadura de Mobutu y la perpetuación
de tales atrocidades? ¿Dónde está hoy la vieja guardia personal mercenaria de
Mobutu?
El guardaespaldas
mercenario de Mobutu Albert-Henri Buisine salió a la luz en octubre de 2007 en
la revista Harper’s en un articulo de Bryan Mealer, periodista que trabajó como
freelance para Associated Press y The Independent (Londres). Buisine ya no es
un agente militar privado a las órdenes del aparato terrorista de un dictador
de la Guerra Fría, ahora es el locuaz capitán de una barcaza que transporta
2600 toneladas de mercancía Congo arriba (para su compañía de transporte
privada y por unos substanciosos beneficios personales). Cien años tras “El
corazón de las tinieblas” de Joseph Conrad tenemos a un periodista blanco estadounidense de Associated
Press que cuenta de nuevo su intrincado viaje remontando el Congo.
Y ahí tenemos al
nostálgico Capitán, un reacio mercenario terrorista francés vuelto timonel beneficiario,
que durante 16 años, en contra de su voluntad, según cuenta Mealer, sirvió a
Mobutu a disgusto. “Se vio encadenado a la sombra de Mobutu, incluso vivió
cuatro años enteros a bordo del Kamanyola, el lujoso yate presidencial, que vagaba a la deriva por el
Congo.”
¿Vagaba a la deriva?
¿Encadenado a la sombra de Mobutu? Difícilmente. Todo esto es ficción. Este
artículo esta lleno de arraigados estereotipos culturales y elementos subliminales
que han sido inculcados durante décadas de propaganda sobre el Congo/Zaire. La
historia de Mealer no es más que ‘escoria sobrante’, ninguna mención a las
brutalidades sufridas por el pueblo congoleño, el aplastamiento de las huelgas,
las masacres de estudiantes o las multitudes compradas coreando “¡Mobutu,
Mobutu!” y los eslóganes vacíos del partido del Movement Populaire de la
Revolution. Ni una mención
al odiado aparato represor de la Special Presidential Division, los arrestos y detenciones ilegales sin
juicio, las torturas en calabozos subterráneos como el “OAU-2” o los
“corredores de la muerte” de Kinshasa. Todo se vuelve nostalgia y los
saqueadores del pasado son retratados como víctimas inconscientes que perdieron
todo en la vida. El relato vierte la acostumbrada impostura de patetismo sobre
los explotadores blancos, desviando la atención de su pasado y a menudo
presente criminal.
“Buisine ahora
lleva la vida de una simple rata de agua, haciendo su recorrido seis o siete
veces al año” nos cuenta
Mealer y nos situa: “remolinos que enturbian el fondo, cocodrilos camuflados
en el fango o en isletas de troncos, un árbol cuyas hojas curaban las
hemorroides.”[10]
Harper’s nunca
menciona a los causantes de la represión, ya que el público estadounidense está
muy contento con la vanagloriosa versión del héroe blanco desamparado que
desafía el salvajismo en el corazón de las tinieblas. ¿Cuántas historias sobre
Congo presentan un río y un gran héroe blanco desafiando el indómito y oscuro
bosque? Harper’s no dice nada sobre Congo. Se trata de la típica estupidez
racista que pretende desplazar la verdad. El relato es una lectura “amena”,
pero no es más que ficción; un espejo que nos devuelve el reflejo de nuestra
condición de “blancos”. El autor incluso declara que los nativos se comunican
mediante tambores para que los poblados que bordean el río sepan que el bote se
acerca antes que Buisine y el heroico periodista aparezcan río arriba. Se trata
de la falsificación de la consciencia estadounidense.
Para rematar el
estúpido encubrimiento de Harper’s, el fotógrafo que remontó el río con Mealer
trabaja en Kigali (Ruanda) y todo el mundo en la región sabe que no se puede
trabajar dentro y fuera de Ruanda y estar contando la verdad. Por último, el
editor de Harper's, John R. MacArthur es descrito por su revista como un "incansable
defensor de los derechos humanos".
Y es por ello por lo
que han muerto más de 10 millones de personas en Congo desde 1996, junto a
otros tantos millones en Uganda y Ruanda. Esas cifras de pesadilla son producto
de los gobiernos de Bush-Clinton-Bush, un despliegue consecutivo de fascismo en
los EE.UU.
He viajado por este
río en más de una ocasión. En 2007 crucé a nado dos tercios de él -a la altura
de Lukutu- hasta a una isleta desde la que di la vuelta. También crucé nadando
sus afluentes Lomami (2007) y Lopori (2006). El artículo de Harper’s refleja la
falta de conciencia del hombre blanco sobre Congo y la inconsciencia aún mas
grande de los editores blancos, todo ello para satisfacer la falta de
conciencia voraz de unos lectores cada vez más aletargados.
Nada de esto es
nuevo. Ya es hora de que maduremos.
Esclavitud en las plantaciones
En el culmen de la
supuesta desintegración de Zaire (entre 1985 y 1995) la familia Blattner
expandía rápidamente sus operaciones y consolidaba su poder. Su anterior y ya
basto imperio en Zaire fue establecido por James Blattner bajo el Group Agro
Pastoral (GAP), dividido más tarde entre sus hijos David y Elwyn (El papel de
Daniel en Congo es impreciso) quienes acapararon plantación tras plantación y
concesión tras concesión, involucrándose en transporte, logística, aviación,
telecomunicaciones, agricultura, explotación forestal y construcción. El suegro
de Elwyn Blattner, Shimón Razin, también dirige una compañía en Congo –Safgaz-
cuando no está en Tel Aviv. Los Blattner mandan a sus hijos a colegios de élite
en Europa. En 2003, Elwyn Blattner fue presidente del Communaute Israelite
de Kinshasa.[11]
En el presente el
imperio de los Blattner perpetúa el sufrimiento masivo en el interior mediante
el esclavismo y todas las abominaciones que suceden en las plantaciones de sus
feudos paramilitares.[12]
Nada de esto es relatado por los medios, pero para aquellos que se pregunten
cómo puede ser tan alta la mortalidad en Congo –debido a la aparición
repentina de las estadísticas de 2008 del Comité Internacional de Rescate- la
respuesta se encuentra en las aventuras capitalistas de los Elwyn Blattner, Maurice
Templesman, Etienne Davignon, Nicky Oppenheimer y del mismo Comité
Internacional de Rescate. Los Blattner viajan frecuentemente de Congo a EE.UU.,
Bélgica, Tel Aviv y Sudáfrica. El 2 de agosto de 2007 David Blattner y familia
asistieron a la fastuosa celebración del Bar Mitzvah de unos amigos israelíes en el Hotel Sheraton
de Tel Aviv. El mismo día, el 2 de agosto de 2007, al menos 1500 personas
morían en Congo.
¿Cuál es la relación
del CIR con los capataces de las plantaciones esclavistas y cómo calculó éste
las tasas más altas de mortalidad en plantaciones operadas por los Blattner o
las organizaciones de George Forrest en el Congo rural?
Se necesita un poblado para criar un niño
Hacia finales de los
años noventa la dirección de las concesiones de diamantes de Zaire ya no estaba
controlada por una única cadena de mando, cada vez estaba más militarizada por mafiosos
de todas las calañas. Durante los años más duros de la guerra aumentaron las
atrocidades pero, aún hoy, la violencia continúa en esas zonas.
Continuamente se
dice que Katanga es la provincia de la “lucha olvidada”. Tan solo en la pasada
década, millones de personas se vieron privadas de su sustento, tierras, futuro
y vidas. Mientras, la minería en esta zona y en Mbuji-Mayi ha seguido en marcha
desde tiempos de Leopoldo.
Pueblos enteros han
sido saqueados y quemados por las milicias y en algunos todas las mujeres
fueron violadas durante las campañas militares de los últimos años.[13]
Más de 5000 niños han estado viviendo en las calles del centro de Mbuji-Mayi
desde hace unos años (otra generación de líderes congoleños perdida) y recientemente
han sufrido masacres sistemáticas a manos de milicias, grupos políticos y las fuerzas
de seguridad.[14]
¿Cómo contabiliza el
estudio de mortalidad del CIR los niños asesinados en las calles de Mbuji-Mayi?
Tras un siglo de
explotación y esclavitud la gran empresa estatal de diamantes de la República
Democrática del Congo, MIBA, sigue reteniendo sistemáticamente el pago de
salarios a los hambrientos trabajadores congoleños y encargados medios durante
meses. En Abril y Mayo de 2007 hubo huelgas y protestas que causaron arrestos
arbitrarios, detenciones y la tortura de organizadores sindicales como Leon
Ngoy Bululu por parte del gobierno de Kabila. Entretanto la policía disparaba
sobre los manifestantes.[15]
Los supuestos trabajadores ‘ilegales’ del diamante (congoleños privados de
derechos civiles que se ven forzados a realizar actividades
"criminales" para sobrevivir) fueron ejecutados sumariamente en las
concesiones de MIBA en Mbuji-Mayi. La BBC, en agosto de 2006, comunicó que los
guardias de seguridad de MIBA estaban disparando a mineros del diamante no
empleados.[16] Pero claro,
la BBC nunca revela el fondo de la cuestión. Si llega a contar algo mínimamente
revelador, es sólo por conveniencia y por ciertos intereses que pueda tener.
Katanga es la provincia
más al sur de la República Democrática del Congo. Siendo el enclave minero más
rico del mundo cuenta a su vez con las personas más pobres de éste. Forma parte
del basto cinturón del cobre que se extiende a través del norte de Namibia y el
sur del Congo pero alberga una miseria humana sin precedentes. Muchos de los
intereses y compañías ya mencionados participan en las concesiones del cinturón
del cobre de Zambia.[17]
Se invierten cientos de miles de millones en esos proyectos mineros y no hay
problemas para trasladar grandes y pesados equipos hasta las zonas más recónditas,
disponer tramos ferroviarios y sacar el producto del país.
SI SE PIDIERA RENDIR
CUENTAS A LAS CORPORACIONES INVOLUCRADAS SE PODRÍAN REALIZAR INTERVENCIONES
INMEDIATAS Y RADICALES DIRIGIDAS A LA RAÍZ DEL PROBLEMA PARA AYUDAR A LA GENTE DE
ESAS ÁREAS Y MITIGAR SU SUFRIMIENTO.
Pero mientras que la
gente en Occidente siga engullendo la estupidez corporativa de no hacer nada
pregonada por el CRI, Save
the Children, Newsweek, New York Times, BBC y el International Crisis Group,
ciertamente no hay esperanza.
Los trabajadores y
las comunidades de estas zonas mineras sufren a causa de la represión estatal,
los procesos químicos de la minería y sus residuos tóxicos, la tuberculosis,
trastornos inmunitarios, la discriminación racial y la esclavitud. Todas las afecciones
comunes tratables también están presentes (fiebre tifoidea, malaria, tétanos,
polio, desnutrición). Sin embargo todo esto queda fuera de la agenda de las
corporaciones de la comunicación norteamericanas, europeas, japonesas,
australianas e israelíes. Éstas son los pilares del adoctrinamiento -a través de
la lengua (inglesa)- que debe inculcar la superioridad racial, una basta
ignorancia y una falta de conciencia que deja a las poblaciones occidentales
dubitativas y encogidas de hombros mientras se preguntan “¿Qué se puede hacer?”
A nadie se le pasa por la cabeza que sus propias manos están sucias, que su
propia conciencia ha sido falsificada, que el cambio es posible.
Mentiras, mentiras, esas escurridizas mentiras
(del petróleo)
El diplomático
alemán Albrecht Conze, vicedirector de asuntos políticos de la Misión de las
Naciones Unidas en Congo (MONUC), tras la primera vuelta de elecciones en
agosto de 2006, predijo en un artículo de Der Spiegel el inevitable retorno del
patronato blanco al Congo. “Es como ser los padres adoptivos de Congo” Dijo Conze dando a entender que tal
patronato es una bendición en vez de la maldición que en realidad supone para
el pueblo congoleño. Conze continuó tergiversando el saqueo occidental de Congo
al decir que el interés de EE.UU. en la reconstrucción de éste país es
limitado. Después de todo, dijo, este país tan profundamente católico “carece
de petróleo y de terroristas”.[18]
Estas declaraciones
están en consonancia con las mentiras perpetuadas por los poderosos intereses
que siempre sacan provecho ocultando o menospreciando la riqueza de África (y
Congo).
La principal
refinería de Congo, propiedad de la Societe Congolaise Italienne de
Raffinage (SOCIR), sociedad
conjunta entre el gobierno congoleño y Ente Nazionale Idrocarburi (la compañía petrolífera estatal italiana)
comenzó su producción cerca de la desembocadura del río Congo en 1967. Merced a
un contrato de cinco años firmado en aquel año, el crudo para la refinería fue
proporcionado por Shell, Mobil, Petrofina y Texaco.[19]
La exploración petrolífera comenzó a gran distancia de la costa atlántica
después de 1968; la producción de petróleo en 1976, con Chevron, Mobil, Unocal,
Royal/Dutch Shell, AGIP, TotalFinaElf, Teikoku Oil y Japan National Oil
Company. Actualmente Total, Pan Ocean Energy (Reino Unido) y Addax Petroleum
(Canada) se ocupan de la explotación interior cerca de la refinería.
El corazón de Congo
también tiene petróleo y el terrorismo insondable en el que están involucrados
agentes y empresas occidentales junto a la consecuente tasa de mortalidad en el
interior se debe en parte a ello. Las reservas petrolíferas fueron descubiertas
por Chevron a finales de los años 70 en la selva ecuatorial pero se dejaron
pendientes.[20] En 1997
esta basta concesión, conocida como la Cuvette Centrale por la desaparecida provincia, estaba en manos de Trillion Resources Ltd., compañía
fundada en Vancouver en 1987.[21]
Esta compañía realiza exploraciones mineras por toda África junto a otras compañías
mineras canadienses como Nickelodeon Minerals Inc., Oliver Gold Corporation y
Skeena Resources Ltd. También ha realizado operaciones mineras en Katanga (RDC)
con Gecamines, empresa asociada al estado. No hay duda de que Trillion y
Chevron patrocinaron a ciertas facciones en las guerras de Congo por sus
intereses.
Al este de Congo, las
compañías canadienses Heritage Oil & Gas, Tullow Oil y Harman Resources
están extrayendo petróleo del lago Alberto en la orilla de Uganda con el apoyo
de entes del crimen organizado relacionados con el gobierno de Uganda, que no
es más que otra camarilla de crimen organizado dirigida por las fuerzas
militares de este país, el general James Kazini y el hermanastro de Museveni,
Salim Saleh. Más al sur, cerca de Goma y Bukavu, compañías norteamericanas,
actuando a través de la actual dictadura de Ruanda, codician el lago Kivi por
sus bastas reservas de metano.
“Este es un país
petrolífero, no por nuestra pequeña producción actual, sino por su gran
potencial… Con toda modestia, no esperamos tener reservas menores de 3000
millones de barriles y con seguridad la cifra es mayor.” declaró a Reuters el recientemente nombrado
ministro del petróleo de Congo, Lambert Mende. En julio de 2007 Reuters confirmó
que las reservas en tierra estaban sin explotar y en gran medida inexploradas
en la provincia ecuatorial al norte y en los lagos Alberto y Tanganika a lo
largo de la frontera oriental.[22]
Como siempre, los
explotadores intentan minimizar la existencia de los recursos que codician. Al
contrario de lo que dice el diplomático alemán de MONUC, Albretch Coze y como
bien saben las gentes de Congo, Ruanda y Uganda, los "terroristas"
están por toda África, aunque incluso algunos nunca hayan visitado el país.
El comportamiento de
Conze ejemplifica la superioridad blanca disfrazada de
"humanitarismo" y "mantenimiento de la paz" en África. Las
operaciones de "mantenimiento de la paz" de MONUC, al igual que la
industria "humanitaria" (o de la miseria) no son más que disfraces
bien elaborados del capitalismo predatorio con la hipocresía añadida de que un
supuesto “fin moral superior” y santo permite a los explotadores occidentales
celebrar nuestra “bondad” y “humanidad” y pretender que nuestras manos están
limpias y que, por supuesto, nos preocupamos. Sin embargo no es más que un gran
negocio. El cuestionamiento de estos asuntos es tachado inmediatamente de
herejía y es por ello que MONUC no llega a conocer artículos como éste. Los
buenos periodistas escriben historias de relleno para Harper’s y no denuncian a
los conquistadores de hoy en día ni culpan a oficiales de la ONU, ejecutivos
corporativos, figuras filantrópicas de la alta sociedad o magnates del
diamante.
Los oficiales de
MONUC no dicen nada substancial de las actividades mineras en Congo, las cuales
se llevan a cabo conjuntamente con el derramamiento de sangre, el comercio de
armas y la extorsión. Por ejemplo, la compañía Anvil Mining ha estado
involucrada en las masacres de la República Democrática del Congo.[23]
Uno de los directores de Anvil es el ex-embajador estadounidense Kenneth Brown,
quien sirvió en las embajadas de EE.UU. en Bruselas, Kinshasa,
Congo-Brazzaville y Sudáfrica. Brown fue director de Asuntos Centroafricanos
(1980-1981) y subsecretario de asuntos exteriores para África (1987-1989) bajo George
Schultz durante el mandato de George H.W. Bush. Curiosamente, Brown sucedió a
William Lacy Swing -director de MONUC en la RDC- en su cargo de embajador de la
República de Congo (Brazzaville). Mientras tanto el ex director de seguridad y
alta inteligencia interna de la Misión de las Naciones Unidas en la República
Democrática del Congo (MONUC) ha estado trabajando para la compañía minera
Anvil desde 2006.[24]
Al darse cuenta de
que altos oficiales de seguridad de MONUC reciben grandes sueldos trabajando
con las compañías involucradas en las masacres, uno comienza a ver la
naturaleza de una veda abierta, armada y organizada por los recursos del Congo.
Este periodista
informó que en Julio de 2007 oficiales de MONUC estaban aceptando sobornos de
Jean-Pierre Bemba y que hay pruebas del contubernio de MONUC con individuos que
obtienen beneficios de la guerra y el saqueo de Congo.[25]
En diciembre de 2007 se informó que un grupo especial de Naciones Unidas “descubrió
un cadena generalizada de corrupción y mala administración de cientos de
millones de dólares en contratos de combustible, comida, construcción y otros
materiales usados por las fuerzas de mantenimiento de la paz de la ONU.”[26]
Y esto sólo es la
punta del iceberg. Las acciones de Naciones Unidas son débiles y con suficiente
frecuencia insignificantes. Por último, la misión de MONUC en Congo
institucionaliza la desigualdad y el sufrimiento soportado por el pueblo
congoleño al mantener un doble rasero en los contratos de trabajo y empleo
ofrecidos a los empleados nativos de MONUC. En agosto de 2007 los congoleños
contratados por MONUC emprendieron una gran huelga debida a las afianzadas y
continuadas injusticias a las que se ven sometidos, en contraposición a las
mejores condiciones ofrecidas a los trabajadores extranjeros. Esta huelga fue
casi ignorada por el departamento de información pública de MONUC. Mientras
tanto, la prensa internacional, cumpliendo su función de soterrar el
sufrimiento en Congo, no investigó nada y a fin de cuentas sólo cacareó la
versión oficial.[27]
Vehículos aéreos no tripulados
Las Naciones Unidas
y las Fuerzas de la Unión Europea (EUFOR) están presentes en Congo para
garantizar los recursos de las corporaciones y asegurar sus beneficios mediante
la dominación militar. Sin embargo la versión que se reitera una y otra vez
sobre la consciencia occidental consumidora de noticias es la de una misión
“humanitaria” o de “mantenimiento de la paz”.
Avanzadas
tecnologías como los vehículos aéreos no tripulados (VANT) recopiladores de
inteligencia de Israel Aircraft Industries/Belgian Hunter, son usados hoy por
las fuerzas aéreas belgas en Congo.[28]
Dos VANT se han estrellado en Kinshasa matando a un congoleño e hiriendo a
otros diez. La flota belga-israelí ha desplegado tres naves más. Según el mando
belga el objetivo de los VANT es “recopilar información del tráfico rodado y
las actividades de los grupos de gente.”[29]
Sin embargo esta declaración es un eufemismo tras el que se esconde el mantenimiento
del status quo del sufrimiento, el hambre, la tortura y el desahucio en Congo
mientras se aumenta el dominio y la expansión militar en el extranjero.
Tres hurras por el atrevido
soldado congoleño que abatió uno de los robóticos VANT de EUFOR que le
sobrevolaba a 365 m. con un destartalado kalashnikov AK-47 de un solo disparo
que impactó en la junta del ala, dañando un punto estructural débil y causando
el desplome del aparato. Por supuesto, el pobre hombre ha desaparecido en los
calabozos infernales de Kinshasa y pasará a la historia como un criminal en vez
de cómo un héroe que manifestó su frustración y miseria abatiendo un arma
israelí de 10 millones de dólares con una simple escopeta.
El mando militar
belga describió al hombre como un “pistolero solitario con antecedentes
penales conocidos.”[30]
La hibris de esta declaración desafía articulación si recordamos el conocido
historial criminal de los hombres blancos involucrados en la devastación de
Congo, luego Zaire y nuevamente Congo, desde la llegada en 1870 de Henry Morton
Stanley y sus sangrientas campañas de explotación de la goma y la amputación de
manos.
¿Dónde está el
Comité Internacional de Rescate?
A fecha de enero de
2008 existen informes sólidos de la hambruna en Kinshasa y de arrestos arbitrarios
y detenciones ilegales de hombres, mujeres y niños en centros de seguridad e
incluso de tortura. Hechos como estos suceden sin duda alguna en todo el país.
Algunos de los arrestados e incomunicados ya en diciembre de 2007 en estos
calabozos de Kinshasa por suponer una "amenaza a la seguridad" son: Mimi
Mboyo (19) y su hijo (más de 18 meses en prisión); Angele (17) e hijo (24 meses);
Mianda Kadogo (19) e hijo (11 meses); Nicolette Mukungu (20) e hijo (20 meses);
Bokungu (21); Olga (20) e hijo (13 meses); Edjoka (29). Los principales centros
de seguridad de Kinshasa son el campo Tshiatshi, la prisión central de Makala,
el campo Kokolo y los calabozos subterráneos conocidos como "el corredor
de la muerte".[31]
[1] Véase: keith harmon snow. “Darfurism,
Uganda, and U.S. War in Africa,” November 11, 2010, <http://www.allthingspass.com/journalism.php>.
[2] Biography,
J. Stapleton Roy, Freeport McMoRan web site.
[3] Major Thomas
P. Odom, Dragon Operations: Hostage Rescues in the Congo, 1964-1965,
Leavenworth Papers No. 14, U.S. Army Command and General Staff College
[4] keith harmon
snow, “Congo’s President Joseph Kabila: Dynasty or Travesty?” Toward Freedom,
November 13, 2007, <http://towardfreedom.com/home/content/view/1171/1/>.
[5] Véase:
Edward S. Herman, “Genocide Inflation is the Real Threat,” Z-Net, Oct.
26, 2007.
[6] Wayne
Madsen, Genocide and Covert Operations in Africa, 1993-1999, Mellen Books,
1999.
[7] Véase, p.ej.
Eric Thomas Chester, Covert Network: Progressives, the International Rescue Committee,
and the CIA, M. E. Sharp, 1995.
[8] Sonbre
Mobutu en Tel Aviv véase: “Mobutu and
Israel,” Journal of
Palestine Studies, Vol. 15,
No. 1, Autumn, 1985: pp. 171-175.
[9] Jerry Funk, Life is an Excellent Adventure: An Irreverent Personal
Odyssey, Trafford, 2003.
[10] Bryan
Mealer, “The River Is A Road: Searching for Peace in Congo,” Harper’s,
October 2007.
[11] Kadima 010, June-September 2007, <http://74.52.200.226/~sefarad/kadima/kadima10.pdf>.
[12] keith harmon
snow, human rights research and investigations in Congo, 2004-2007.
[13] “DRC:
Katanga’s Forgotten Strife Displacing Thousands,” IRIN, August 3, 2005.
[14] What
Future? Street Children in the Democratic Republic of Congo, Human Rights
Watch, April 2006, <http://hrw.org/reports/2006/drc0406/5.htm#_Toc129594720>.
[15] Véase “ICEM protests
Congo’s Transport, Diamond Injustices,” International Federation of Chemical,
Energy, Mine and General Worker’s Union, May 7, 2007, <http://www.icem.org/en/78-ICEM-InBrief/2243-ICEM-protests-Congo%E2%80%99s-Transport-Diamond-Injustices>.
[16] “Diamond
miners killed in DR Congo,” BBC News, 7
August 2006, <http://209.85.165.104/search?q=cache:z9WCcOGeL8MJ:news.bbc.co.uk/2/hi/africa/5254006.stm+%22MIBA%22+%22illegal+miners%22&hl=en&gl=us&ct=clnk&cd=4>.
[17] Investigación
personal, Ndola, Zambia copperbelt mines, 2000.
[18] Hans-Jürgen Schlamp, “Congo’s Future: A Western Protectorate in Africa?” Speigel Online, Aug. 17, 2006.
[19] Minerals
Yearbook Area Reports: International 1968 Bureau of Mines, 1970: 215-216.
[20] Private
investigations and site viewing, Mbandaka, DRC, 2007.
[21] Véase: Annual
Report of Consolidated Trillion, October 8, 1999. Trillion Resources cambió su nombre
por Consolidated Trillion Resources en 1999, y se fusionó en 2002 con la
compañía Viceroy Explorations Ltd. con sede en
EE.UU.
[22] Joe Bavier,
“Congo to audit oil sector, first time in 10 years,” Reuters, July 3,
2007.
[23] Norm Dixon,
“Congo Massacre: Australian mining company's managers indicted,” Green Left
Review, November 4, 2006 <http://www.greenleft.org.au/2006/689/35790>.
[24] Su
nombre se conoce, pero amenazó con perseguir y romper las piernas del autor de
ser revelado.
[25] keith harmon
snow, “Behind the Scenes: Warlord’s Deadly Battle in Congo,” August 9,
2007, <http://towardfreedom.com/home/content/view/1096/1/>.
[26] U.N. Combats
Peacekeeping Staff Corruption,” Washington
Post, December 18, 2007.
[27] “Local U.N.
workers strike in Congo over conditions,” Reuters, August 23, 2007.
[28] Los
VANT de Israel Aircraft Industries operan en 15 países; <www.iai.co.il>.
[29] “Belgium
Resumes Congo UAV Operations after Belgian-B is Shot Down,” Flight
International, August 15, 2006. La Rafael Armament Authority israelí trabaja junto a
Lockheed-Martin y Northrop Grumman en la producción aeroespacial y de misiles
de alta tecnología: véase Mark A. Loral et al, Going Global? U.S.
Government Policy and the Defense Aerospace Industry, RAND, 2002.
[30] “IAI-Eagle-B
Hunter UAV”: http://belmilac.wetpaint.com/page/IAI+-+Eagle+B-Hunter+UAV+(Unmanned+Aerial+Vehicle)?t=anon>.
[31] Comunicaciones
privadas desde Kinshasa, DRC, Diciembre 2007.